Apología o defensa de la noche y de los nocheros

Hace varios años, llegó a mis manos un cuento de Ramón Gómez de la Serna. Me sentí muy identificado y me conmovió la síntesis genial que este gran escritor y pensador realizó en un relato literariamente colmado de belleza. Es que allí hace una defensa de quienes andamos o hemos andado de noche, por gusto. Porque la noche tiene su magia. No es lo mismo contemplar un fuego de noche que de día, o el mismo rostro de alguien a quien se ama. Claro que no desmereceremos al amanecer, ni al atardecer…
La rezadora, en los cerros tucumanos, que pedía por los reyes católicos.

Una querida amiga tucumana es una aguda observadora de la raíces culturales por ser filósofa e historiadora del arte.